"You Brits head to the pub, while we head to the swimming pool!": European health habits worth embracing.

"You Brits head to the pub, while we head to the swimming pool!": European health habits worth embracing.

**Islandia: Una nación de nadadores**

Islandia alberga alrededor de 160 piscinas. Con una población de poco más de 400.000 habitantes, eso equivale a aproximadamente una piscina por cada 2.500 personas. Esto es apropiado, ya que la natación está profundamente arraigada en la cultura nacional. Esta tradición es relativamente reciente: las clases de natación se volvieron obligatorias para los escolares en 1940, tras una serie de ahogamientos debido a la falta de habilidades para nadar.

El cineasta Jón Karl Helgason, director del documental de 2022 Sundlaugasögur (Historias de Piscinas), dice: "Crecimos en la piscina. Es el patio de recreo de todos. Empiezas yendo con tus padres y luego llevas a tu novia o novio".

Helgason nada casi a diario en Reikiavik, pagando solo 4.000 coronas (unos 25 euros) al año por acceso ilimitado a su piscina pública favorita, una de las 18 en la capital. La mayoría de las piscinas son al aire libre y se calientan geotérmicamente, lo que hace que nadar sea una actividad más asequible que en los países que dependen de calefacción artificial.

Más allá de los beneficios físicos, la natación también ofrece recompensas mentales y sociales. "Conoces a todo tipo de personas, desde granjeros hasta políticos", señala Helgason. Muchas piscinas cuentan con "ollas calientes" (bañeras de hidromasaje), inspiradas en los manantiales naturales de Islandia, así como piscinas de agua fría y saunas. Y hay una regla universal: no se permiten teléfonos.

Incluso hay una campaña para que las piscinas de Islandia sean reconocidas como patrimonio cultural por la UNESCO. Helgason lo resume así: "Vosotros, los británicos, vais al pub; nosotros vamos a la piscina".

**Ucrania: El arte de la fermentación**

Mientras que el chucrut, los encurtidos y el kéfir se han puesto de moda en toda Europa, los alimentos fermentados han sido durante mucho tiempo un elemento básico en Ucrania. Felicity Spector, una autora radicada en Londres y voluntaria de Bake for Ukraine —una organización sin ánimo de lucro que gestiona una panadería móvil en Mykolaiv— se ha sentido impresionada por la dedicación del país a conservar los alimentos.

Desde su primera visita en el verano de 2022, Spector ha observado lo común que es para los ucranianos, especialmente aquellos con acceso a tierra, cultivar y conservar sus propias frutas y verduras para el invierno. Esta práctica se remonta a la época soviética, cuando la gente no podía depender de los suministros de las tiendas, y continúa hoy en medio de apagones y conflictos.

Spector aprendió técnicas de fermentación láctica de la chef ucraniana Olia Hercules —un método que utiliza sal y salmuera en lugar de vinagre—. Las verduras se salan, se les pone un peso o se cubren con salmuera, se dejan fermentar durante unos 10 días, luego se sellan y se almacenan hasta por un año. No es raro encontrar filas de tarros conservados en sótanos, armarios o incluso bajo las camas.

Aunque no siempre es una elección de salud consciente, los alimentos fermentados ofrecen beneficios claros. Contienen probióticos que apoyan la salud intestinal, reducen la inflamación y restauran el equilibrio natural. Los ucranianos disfrutan de una variedad de productos lácteos fermentados como el kéfir y la ryazhenka (una leche fermentada horneada con sabor caramelizado), así como pan de masa madre, todos alimentos tradicionales con raíces centenarias.

Como señala Spector, en Ucrania, el kéfir no es una costosa moda saludable, es un alimento cotidiano, que a menudo se vende en jarras grandes o incluso en botellas de Coca-Cola reutilizadas en el mercado. Más allá de los métodos habituales, muchas frutas se fermentan para ayudar a sobrellevar los escasos meses de invierno. Spector acaba de conseguir un recipiente de ciruelas jugosas y ácidas, señalando: "Realmente no hay nada que no se haya metido en un tarro".

**'Comidas más pequeñas y frecuentes mantienen estables los niveles de energía y la concentración'**

**Suiza: comer cinco veces al día**

En lugar de picar todo el día, los suizos tradicionalmente se ciñen a cinco comidas programadas, tan puntuales como sus trenes. En las regiones de habla alemana, estas se llaman zmorge (desayuno), znüni (tentempié a media mañana), zmittag (almuerzo), zvieri (merienda) y znacht (cena). Sandra Mikhail, dietista en Zúrich, dice que las comidas adicionales también son comunes en las zonas francófonas: "La mayoría de los suizos con los que trabajo hacen unas cuatro comidas: desayuno, almuerzo, una merienda por la tarde y cena".

El tentempié de la mañana a menudo incluye pan de espelta, fruta o un gipfeli (croissant), mientras que la merienda de la tarde es más sustanciosa, quizás con dips o muesli bircher. Mikhail explica que el almuerzo es la comida más grande del día "para alinearse con nuestros ritmos circadianos y la digestión —nuestro metabolismo y sensibilidad a la insulina son generalmente más fuertes a primera hora del día—. Una cena más ligera puede mejorar la calidad del sueño y reducir las molestias digestivas nocturnas, y tener comidas más pequeñas y frecuentes ayuda a mantener una energía y concentración estables. También ayuda a la digestión, ya que las comidas más pequeñas son más fáciles de procesar para el cuerpo, reduciendo las molestias y la hinchazón. Al regular el apetito y prevenir el exceso, las comidas frecuentes favorecen un mejor control del apetito, pueden ayudar en el control del peso y asistir en el mantenimiento y crecimiento muscular".

Sin embargo, Mikhail añade: "Es importante reconocer que cada persona tiene necesidades únicas. Se trata de escuchar las propias señales de hambre y saciedad en lugar de seguir estrictamente un número fijo de comidas".

**'Un paseo enérgico y un viento fuerte cambian nuestro estado de ánimo'**

**Países Bajos: abrazando la brisa**

Vivir en un lugar ventoso significa aprovechar al máximo la brisa, algo que los holandeses han hecho durante siglos, dice Arie Boomsma, dueño de una cadena de gimnasios y autor del "Libro de los 10.000 Pasos". Él habla del concepto de *uitwaaien*, que "los holandeses usan cuando salen al exterior para despejar sus mentes del estrés cotidiano". Boomsma explica: "Viene de *waaien*, 'ser movido por el viento', combinado con *uit*, 'salir hacia afuera o dejar ir algo'. En el siglo XVII, describía el humo o el polvo siendo arrastrados por el viento, y para los siglos XIX y XX, adquirió su significado moderno: salir para dejar que el viento te despeje la cabeza".

Aclara que *uitwaaien* no debe confundirse con *niksen*, el arte de no hacer nada. "*Niksen* es una forma pasiva de relajarse, mientras que *uitwaaien* es activo. Tienes que moverte. Un paseo enérgico y un viento fuerte realmente pueden cambiar nuestro estado de ánimo y nuestra perspectiva".

**'Comer juntos muestra un deseo de reconectar'**

**Dinamarca: comedores comunitarios**

Los daneses están reviviendo la tradición del *fællesspisning*, o comedores comunitarios, según Judith Kyst. Como directora de Madkulturen, una organización dentro del ministerio de alimentación y agricultura que rastrea los hábitos alimenticios de la nación, Kyst está bien versada en las costumbres danesas de alimentación. Señala una larga historia de alimentación social arraigada en la tradición del *folkekøkken* (comedor de beneficencia) del movimiento obrero del siglo XIX, que proporcionaba comidas asequibles para los trabajadores. Esta práctica implica comida saludable, a menudo preparada colectivamente y consumida en mesas largas por desconocidos en lugares que van desde salones de pueblo hasta guarderías. El renovado interés en esta tradición refleja una necesidad de "estar juntos alrededor de la comida", dice Kyst, como una "contra-reacción al individualismo, la soledad y el tiempo frente a pantallas", mostrando un "deseo de reconectar".

"Entonces, ¿qué se puede esperar comer? 'Para mantenerlo barato, a menudo se obtienen curris de garbanzos y muchas verduras', dice Kyst. Esta asequibilidad hace que las comidas sean accesibles e inherentemente saludables. 'Cuando las familias se unen a estas comidas, los niños comen más frutas y verduras. La gente dice que comer juntos conduce a hábitos alimenticios más saludables'. Esto se conecta con otro concepto danés, 'madglæde', que significa disfrutar de la comida.

**'El Descanso es Aceptado'**

**España: La Siesta**

En un mundo donde las distracciones digitales parecen robarnos el descanso, un enfoque diferente del sueño es atractivo. Considere la tradicional siesta española, o siesta post-comida.

'Las siestas pueden beneficiar la salud del sueño si se hacen correctamente', dice Polly Revaliente, cofundadora de The Sleep Project en Madrid. 'Las siestas cortas a primera hora de la tarde, que duran de 20 a 30 minutos, pueden mejorar el estado de alerta, la memoria y el estado de ánimo'. Sin embargo, el momento es crucial: 'Las siestas que son demasiado largas o se toman demasiado tarde pueden interrumpir el sueño nocturno. Aquellos propensos al insomnio deben evitar las siestas o mantenerlas breves y consistentes'.

¿Todo el país aún hace una pausa para la siesta? 'La siesta es parte de nuestra imagen cultural, pero ya no es una parte regular de la jornada laboral de la mayoría', explica Revaliente. En verano, los trabajadores terminan temprano debido al calor, pero durante la mayor parte del año, el horario laboral español comienza temprano y termina tarde. 'Con cenas tardías y los informativos de la tarde a las 10 p.m. o más tarde, los españoles tienden a acostarse más tarde que los británicos pero se despiertan a horas similares, lo que puede resultar en un déficit de sueño', señala Revaliente.

No obstante, la cultura del relax está profundamente arraigada. 'El descanso es aceptado, especialmente los fines de semana, festivos y por la generación mayor. Lo que España posiblemente preserva mejor es la idea de que descansar no es ser vago, es una parte esencial de la vida'.

**'Crecí en el Berlín Occidental de los 60, la comida caliente principal era siempre al mediodía'**

**Alemania: Comida Ligera por la Tarde**

Platos tradicionales alemanes como patatas y carne podrían no sonar fáciles para el sistema digestivo, pero el *Abendbrot* (pan de la tarde) está diseñado para ser más ligero que la comida más sustanciosa del mediodía, ayudando a la digestión y al sueño.

'Crecí en el Berlín Occidental de los 60. La comida caliente principal era siempre al mediodía', dice Ursula Heinzelmann, autora de 'Más allá de la Bratwurst: Una Historia de la Comida en Alemania'. 'Normalmente, la cena consistiría en pan de molde con queso, jamón o salchicha. En nuestra familia, siempre había algo fresco: pepino, tomates o rábanos, lo que fuera de temporada'. El tipo de pan también era bastante específico. 'Aquí en Berlín, sería masa madre de centeno o *Graubrot*, una mezcla de trigo y centeno. El pan blanco era un capricho raro, generalmente reservado para los domingos'.

Después del almuerzo del domingo, la familia de Heinzelmann daba un largo paseo por el bosque y hacía ejercicio en el '*Trimm-dich-pfad*' (sendero para ponerse en forma), llamado así por la campaña de salud '*Trim dich*' (Ponte en forma) de los años 70. 'Seguías las señales y hacías ejercicios para ponerte en forma. No he visto uno últimamente, pero he oído que están volviendo'.

Heinzelmann confirma que el *Abendbrot* sigue siendo común, aunque a veces cambia... "Cuando se trata de la hora del almuerzo, las cosas están evolucionando. En familias donde ambos padres trabajan, la comida caliente principal podría trasladarse a la noche. También hay un creciente énfasis en ingredientes frescos junto con el pan. 'Hay mucha conciencia, especialmente entre los jóvenes, sobre qué ingredientes son saludables y cuáles no', señala Heinzelmann.

¿Comerías pan por la noche en casa de un amigo o en un restaurante? "¡Yo no! Es realmente más una tradición casera".

**'Antes estaba en los márgenes; ahora es mainstream'**

**Francia: Sofrología**

Estás familiarizado con el yoga, la meditación y el mindfulness para aliviar el estrés; en Francia, confían en la sofrología. Julia Bache, una doctora británica que ha vivido en París durante tres décadas, la encontró por primera vez mientras trabajaba en clínicas francesas. Explica que incluye "ejercicios físicos y mentales como respiración controlada, relajación muscular, movimientos suaves, visualización, meditación y mindfulness para equilibrar el cuerpo y la mente", y se usa para todo, desde el estrés y problemas de sueño hasta el dolor y el tinnitus. Bache dice que, aunque la sofrología alguna vez se consideró "un poco excéntrica, ahora es más aceptada como mainstream", con un uso creciente en escuelas y cobertura por parte del seguro de salud.

La sofróloga Sophie McGrath, que creció en París pero ahora reside en Londres, descubrió el método siendo una adolescente estresada a través de su abuela, que asistía a sesiones grupales en un salón de pueblo. "Cambió mi vida", comparte. "Me tomó un tiempo antes de empezar a practicar a diario y realmente meterme, luego decidí estudiarlo, y aquí estoy".

En Francia, señala McGrath, "es bastante común ver a un sofrólogo... es mucho más prevalente que en el Reino Unido". La práctica fue desarrollada en la década de 1960 por el neuropsiquiatra colombiano Alfonso Caycedo, que trabajó en Francia, España y Suiza. "Simplemente nunca se tradujo al inglés", dice McGrath, que trabaja en BeSophro en el Reino Unido, ofreciendo sesiones individuales para ayudar a los clientes a prepararse para el parto, entrevistas de trabajo o exámenes "trabajando en la parte somática del sistema nervioso" que controla las acciones voluntarias. Ella ve a muchos expatriados franceses pero añade que la práctica está ganando reconocimiento. "Realmente puede hablarle a todos".

**'Acabamos de sentarnos para una comida larga; ahora es hora de salir y moverse'**

**Italia: Un Paseo Postprandial**

La tradición italiana de la *passeggiata* —un paseo después de una comida— originalmente se trataba de socializar y ser visto en el vecindario al anochecer. También es una excelente manera de ayudar a digerir un plato contundente de pasta.

"La idea es: acabamos de disfrutar de una larga comida con amigos o familia, así que ahora es hora de salir, moverse y tomar un poco de aire fresco", dice la Dra. Federica Amati, que pasó sus primeros años en Roma pero ahora vive en el Reino Unido, donde es la nutricionista jefe de la aplicación de nutrición personalizada Zoe y líder de nutrición en el Imperial College de Londres. Esta costumbre sigue siendo una norma social en Italia, especialmente en verano, explica Amati: "Las tiendas cierran entre la 1 p.m. y las 4 p.m., luego reabren, para adaptarse a este hábito".

Además de ser una oportunidad para socializar, lo que beneficia la salud mental, ayuda a la digestión "porque la gravedad ayuda a nuestros intestinos a mover la comida a través de nuestros cuerpos". Caminar ayuda al sistema linfático a distribuir nutrientes y ofrece ventajas metabólicas. "A la media hora de comer, empezamos a absorber azúcares y grasas en el intestino delgado, que son buenas fuentes de energía. Si das un pequeño *passeggiata*, estás aprovechando al máximo esa energía en tus mú